La unión Temporal de empresas formada por la eléctrica logroñesa Imel y la castellonense Facsa ha resultado adjudicataria del concurso
municipal de Logroño para la lectura y reparación de contadores de
consumo de agua; tanto de uso doméstico, industrial, para redes de
incendios y otros servicios.
Desconocemos las prácticas en materia laboral de Imel, pero ya sabemos de la catadura moral de sus compañeros de viaje, la empresa mafiosa Facsa, expertos en saquear depuradoras públicas de aguas residuales, que utiliza el terror al despido como medio de presión a sus obreros de la depuradora de Mazarrón, que practica la represión antisindical contra la cnt en la misma planta, que se abre paso en el negocio de la gestión privada del ciclo integral del agua con unos métodos que les han llevado al banquillo repetidas veces por los mayores escándalos de corrupción.
El ayuntamiento de Logroño ha dado así un paso hacia la privatización del servicio municipal de aguas y la depuración, que ha dado pésimos resultados donde se aplica. Según el concejal de Medio Ambiente, Jesús Ruiz Tutor, esta medida permitirá un ahorro de 160.000 euros al año. Lo que no ha explicado el concejal es de dónde salen esos de miles de euros que pretende ahorrar. ¿Cómo se come eso? ¿El ayuntamiento gasta menos y Facsa obtiene beneficios, realizando la misma labor?. La experiencia dice que sucede lo contrario.
Y si no al tiempo. Nuestros mejores deseos para los trabajadores de Facsa en Logroño, y si quieren luchar ya saben dónde estamos.
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