Los vecinos están mitad asustados y mitad indignados, pues no saben qué es lo que tienen que hacer, y si tienen que dar crédito a las amenazas de Facsa o no. Además de la evidente falta de compostura de la empresa, que se ha salido de tono desde pricipio a fin del escrito.
Dentro del Ayuntamiento, se han hecho eco de esta situación desde Esquerra Unida, cuyo portavoz ha protestado aclarando que quien tendrá que decir si se cumple o no un reglamento municipal y qué
hay que hacer será el Ayuntamiento y no una empresa privada, que lo que
plantea es lo que más le conviene a ella.
Fuentes municipales reconocen que la empresa concesionaria Facsa ha actuado por libre sin informar de su campaña de extorsión, lo que demuestra que una vez más lo que prima es el interés de las corporaciones capitalistas por encima del interés y los derechos de las personas.
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