En el pueblo castellonense de Vinaròs, la empresa concesionaria del servicio de aguas, Facsa, tiene previsto construir una conducción de agua potable desde el pozo de la ermita hasta unas urbanizaciones cercanas. Estas obras, como es habitual en las poblaciones con agua privatizada, no pasarán por el preceptivo trámite de licitación, para que se adjudiquen al mejor postor, sino que están entregadas de antemano a Facsa, que tiene monopolio en todos los trabajos relacionados con el agua del municipio, así que puede cobrar lo que quiera por el trabajo sin rendir explicaciones ni competir con nadie. Ésta es la forma peculiar de hacer negocios de estos privatizadores, que son capitalistas sólo cuando quieren.
La empresa pide algo más 400.000 euros por la obra, y otra buena cantidad por la dirección de ésta, que con el IVA y otros gastos suma un total de 779.553 euros, a los que hay que sumar 20.000 euros ¡por la financiación!. Y el ayuntamiento pepero ha decidido cargar con esos gastos (incluida la financiación) a los vecinos, subiendo un euro y medio cada recibo hasta pagar la cifra a la mafiosa mercantil.
Ante semejante atropello, al portavoz socialista, Jordi Romeu, propone que la mitad del recibo la paguen los vecinos de las urbanizaciones, y la otra mitad, el resto de vinarocenses. Pues con amigos así, el pueblo de Vinaròs no necesita enemigos... ¿a nadie se le ocurre pedir a Facsa la concesionaria que sea ella quien corra con los gastos? ¿No son la empresa del agua para lo bueno y para lo malo? ¿O sólo para llevarse la pasta? Beneficios privados y gastos públicos. Si todos tenemos derecho al agua, habrá que obligar a estos parásitos a que nos la pongan en nuestras casas en óptimas condiciones, y si no tienen la conducción hecha ¡pues que la hagan! Y si no tienen liquidez que pidan un préstamo, como toda hija de vecina, pero sin cargar al pueblo con los intereses, menuda cara...
No hay comentarios:
Publicar un comentario