Hoy viernes cinco de julio nos hemos vuelto a ver las caras con los representantes de la empresa castellonense Facsa, unos de los culpables junto con Aqualia de la situación creada en la depuradora de aguas residuales de Mazarrón, para asistir al juicio por el despido de nuestro compañero en el Juzgado de lo social nº8 de Murcia.
La ocasión era propicia para ofrecer una solución dialogada a la empresa, solución que pasa forzosamente por la readmisión del compañero represaliado y el fin de la persecución, pero la empresa mafiosa se ha negado a pactar agarrándose a la esperanza de una imposible sentencia a su favor. Así pues quedamos esperando sentencia, pero no esperaremos sentados, sino retomando la lucha con nuevas energías. Mientras tanto, un grupo de militantes anarcosindicalistas, repartía numerosas octavillas en las puertas del Juzgado, a la gente que se acercaba (en su mayoría trabajadoras y trabajadores que también han tenido que denunciar a sus patronos).
La vía jurídica es una herramienta más de lucha con la que contamos los obreros a la hora de defendernos de las agresiones de las empresas, pero no es la única ni la mejor. Es un sistema de leyes redactadas por el poder, y por lo tanto miran por el bien suyo, no por el nuestro. Aún así quedan derechos reconocidos (cada vez menos) que podemos exigir en los tribunales, y eso es lo que se ha hecho hoy en Murcia. Pero nuestra fuerza está en la acción directa, solidaria entre compañeros. Y eso depende de nosotras, no del sistema, de modo que esa guerra seguirá sin tregua hasta conseguir nuestras reclamaciones. ¡Josemi readmisión! ¡Fuera de Mazarrón la Mafia del Agua! ¡Aqualia y Facsa despiden y explotan!
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